el nudo se desata

Nos besábamos mientras los murciélagos se posaban sobre nuestras cabezas
Nos besábamos mientras las estrellas buscaban distraernos y captar nuestra atención
Mientras sentía como él me sentía el gato estaba maullando, el gato perdido estaba presenciando como es la entrega a medias.

El río estaba campante, contento, le gusta escuchar risas cerca de su alero.
No teníamos luna, los árboles se veían negros resaltando en el cielo de noche clara.
Todo estaba perfecto, cada cosa en su lugar, la idea del paisaje no era distraernos tanto.

Entre beso y beso él desató el nudo de mi mente, en sólo un minuto aclaró mi idea de pertenecernos y me dejó ahí, besada y campante, con el corazón mas liviano, calmó el tormento que había provocado al instalarse sobre mis huesos sin previo aviso, sin haberme pedido un huequito; ocupando así todo el espacio que cuando se fue no me di ni cuenta que estuvo y sólo sentí el vacío.

Picadas de zancudos en mi frente, pasto seco en mis frazadas, felicidad en mis pisadas sobre el césped, y ahora sonrío por ser siempre tan enrollada, si yo no quiero nada ¿por que veo mar donde ni siquiera hay agua?



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