rastros

Tu cuerpo atravesó mi alma traviesa, mojada, risueña.
Tu cuerpo abrió mi puerta de desdoblamientos.
Tu boca abrió mi boca y aún no has escuchado mis suspiros.
Tus manos provocaron los escalofríos que nunca se irán.
Por que nunca no existe.
Por que nunca, nunca sirvió para mí.

Cada paso, cada compromiso, cada carta no escrita y olvidada nos alejan del mar.
Cada mañana, cada mirada entre sábanas, cada enredo de piernas, cada piel de gallina nos acercan al final.
Por que el final no existe, por que el final no es nada, por que el final  nunca tendrá final.

Caen las frutas podridas, caen los petalos del otoño que no pudimos ver, caen mis minutos bajo tu tiempo, caen mis gotas en tus colores, cae tu viento sobre mi espalda, caen las fotografías que nunca sacamos. Por que nunca, nunca llegará.

Por más temprano que llegue cada vez se hace más tarde. Las hojas se destiñen, el esfuerzo no tiene recompensas, el agua ya no moja, la inspiración ya no importa tanto como antes. Espero que nada nunca vuelva a ser como antes, por que ahora siento, por que ahora no se que me va quedando.

Todas las esperas son largas, ¿qué se puede hacer cuando no se espera nada? otra vez no comprendo esa palabra. Dame un poco de alma. tú ya atravesaste la mía, la dejaste toda empapada.